sábado, 28 de septiembre de 2013

Mute

Me gustaría dejar ir esta fiebre repentina... este dolor extraño en las costillas. Dejar ir por un momento el tiempo, quedarme quieto mientras miro el fin de esta oscura vida. Tienes que estar metido en las putas drogas para empezar a ver lo que realmente importa. Yo antes era una buena persona; ahora hay algo en la manera en como me arrastro que podría no ser más que un síntoma del maldito síndrome de abstinencia pero que en realidad es dolor. Tienes que estar metido en la mierda esta, para saber que el dolor que sientes no es físico.

Nunca supe porque empecé, y he luchado durante años para evitar recordarlo. Pero [cada día es más dificil; siento esa necesidad de recordar furiosamente tus ojos verdes, tu estúpida belleza blanca. Quiero olvidar, pero estas ahí... a punto de tirar del gatillo, sonriendo; riéndote de mi incredulidad, de mis esperanzas. Algunas veces pienso que la razón de tu suicidio fueron yo y mis estúpidas reflexiones sobre la gente común, sobre mi certeza de no temer a la muerte pero si a la vida. Y entonces todo pasó, y dejaste de moverte y ... creo que yo también. Y deje de ser lo que quería ser.

Ahora, en realidad todo el tiempo, tengo miedo de seguir viviendo. Miedo de caminar en la única dirección que me aleja de tu recuerdo. Quiero volver y quedarme un segundo antes de que todo esto se fuera al traste, un segundo antes de engacharme realmente a las drogas duras...

Ojalá el dolor se desvaneciera... odio la fiebre delirante de los días post-cocaína. Odio el reto diario de intentar moverme en ninguna dirección dentro de esta habitación. Odio saber que han pasado ya muchos años y que sigo escribiendo como cuando tenía quince y aún estabas viva.

Un día de estos voy a quemarte a tí, y a este puto diario de mierda.

"El Diario de Metaverso" p. 234

1 comentario:

  1. Un te de amargura por la mañana. Nunca agrego azúcar ni al café.

    ResponderEliminar