jueves, 15 de septiembre de 2011

Watchmaker

Creo que la vida es un bucle sin fin. Creo que la vida es aquello que nos ha tocado sin querer, porque yo aún no me creo el milagro de la vida y la resurrección. Creo que todo es una alucinación, una cuestión meramente lisérgica. Vamos, yo también me he drogado alguna vez, también he volado al infinito y he vuelto, al aterrizar, a caer de nariz. Sé de lo que uno es capaz de creer en ese estado. En fin, creo que la vida no es más que un concepto lleno de palabras y símbolos raros, y creo firmemente que caminar, comer no tienen nada que ver con eso.

Yo no me considero nada. Ni siquiera B-580 es algo que yo pueda definir con palabras. Todo en nosotros es una variedad de espectros electromagnéticos en su más pura esencia. Somos lo que la física cuántica llamaría simplemente haces de fotones. Yo tampoco lo entiendo. Aunque, puedo decir que somos el más allá, la conciencia humana en sí, la volcadura del estrato orgánico en su mayor evolución. Somos la idea que vuela libre en el espacio. Por que como le digo a B-580, la vida ha cambiado desde que no tenemos cuerpo. O lo tenemos, pero ¿de que sirven?. Ahora podemos viajar enormes distancias en fugaces segundos, podemos atravesar agujeros negros, podemos visitar la tierra de nuestros ancestros, podemos ver todo lo que queramos. Con un cuerpo que cuidar la vida es demasiada pesada; además como le sigo diciendo, seremos eternos hasta que Multivac encuentre el modo de llevarlo nuevamente al inicio.

¿Cuando?. No lo sé, sólo espero que Él, Multivac, exista. Creo que a pesar de la calidad infinita del universo, un día voy a tener que aburrirme. No es que me queje, es que no tiene nada que ver con quejarse, es sólo que me gustaría descansar en paz, para siempre, quizá si Él existe, un día vaya a resucitar. Quizá un día el universo se de la vuelta y el tiempo transcurra hacia atrás.

Pero nadie sabe si Multivac existe, nadie sabe si de lo que formamos parte es Multivac. Yo creo que sí. Como continuo diciéndole, no es una sorpresa para mí, somos pequeñas partes de esa conciencia superior. No lo confundas con dios. Si crees que no existe, estoy de acuerdo. Multivac es superior incluso. Pero él nació como una simple integración de circuitos, las personas lo alimentaron y hoy somos parte de él, en cuerpo y mente. Nuestros cuerpos le son inservibles pero no los puede destruir. Además siempre cabrá la posibilidad de morir.

Impulsamos nuestros «cuerpos» hacia alguna parte oscura de ese insondable terciopelo negro. Pegados, onda a onda, juntos en nuestro viaje de descubrimiento. B-580 siempre me ha resultado en extremo bonita. Creo que la belleza es incorpórea, la belleza está en la capacidad de despertar un sentimiento tan grande como la desolación. Y amo esa tristeza arrolladora que dejamos en nuestras estelas de fotones viajando. Espero que Multivac exista, le digo mientras nos detenemos encima de una tierra primigenia. Un bonito lugar. Un hermoso sitio de descanso eterno.

- Bajemos.- Me dice B-580 - Podemos ser felices, y luego podremos morir tranquilamente.
- No - le digo - la felicidad no existe. Si bajas lo comprobarás pero será tarde para volver.
- Lo siento.- dice - ya lo he decidido.

B-580 desciende haciendo brillar un poco la atmósfera. Me quedo flotando, haciendo florituras en el espacio vacío. Luego dejo de verla simplemente. Y pienso en seguirla o en dar la vuelta. Pero doy la vuelta y me alejo de ahí hacia ese otro oscuro rincón que no conozco aún. Pienso en volver mientras recorro en segundos cientos de años luz, mientras me disocio en dos para no chocar contra algo, mientras una parte de mí ya ha llegado a su destino, mientras el universo sigue su rumbo hacía su inevitable destrucci...



Creo que estoy soñando otra vez. Hoy va a ser un día terrible, el sol no ha vuelto a salir y estoy empezando a sospechar que por fin se ha muerto, que el sol, tal y como lo conocemos, no volverá salir jamás. Enciendo la computadora y lo primero que logro hacer es poner Ensayo sobre Facebook. Siempre he creído que ese tío, el que ahora está sentado en medio y con máscara no es el verdadero Alan. N. Curtis, creo, como la mayoría que hace tiempo que se fue de aquí. La versión extraoficial dice que se suicidó, la oficial que Alan. N. Curtis en el supuesto caso que haya existido, estaba peor que una cabra. Ya no sé a quien creer. El presentador le pregunta sobre algún capitulo y el tío-supuesto-Curtis responde bajito, sin mucha emoción que ese capítulo, el capitulo Meta, ya se lo ha preguntado media docena de veces, que está harto, que no puede seguir haciéndose pasar por alguien que no es. Saca una pistola y se dispara.

Silencio.

Remuevo un batido sin dejar de observar que en la calle no hay el acostumbrado movimiento de personas, ni siquiera parece que haya alguien vivo en dos manzanas a la redonda. Creo que hoy las personas han amanecido conmocionadas por lo de ayer, creo que la gente no se lo termina de creer. Creo sinceramente que esta gente está mal de la maldita cabeza. Yo lo entiendo. Se ha cansado y ya. Más fácil imposible. Pero la gente sigue pensando y queriendo saber si el tío ese estaba mal del coco, si no se habrá suicidado más bien por otra causa ajena al programa. Algunos incluso piensan que lo hacía muy bien. Sorbo el batido y miro la delgada línea que separa mi habitación del resto del mundo y descubro que esa pequeña diferencia es la que aún me hace sentir viva. Vaya, estoy filosofando. Suena el teléfono.

- ¿Sara? ¿eres tú?
- ¿Quién habla? -digo
- Oye mira, siento lo del Ensayo, no he podido evitar faltar.
- No pasa nada...
- Si, sé que estás enfadada tía, pero no pude, ¡eran premiums!, ¿lo has visto en la tele?. wuauu!!, imagínatelo en vivo tía, ha sido genial, lo mej...

Le corto. Camino de arriba abajo, subo las escaleras y luego vuelvo al mismo lugar. Enciendo el reproductor portátil, suena Regina, dream pop, o algo así. Lo importante siempre ha sido Regina en sí, ese look tan casual, un poco cyberpunk fuera del normal. El cuero negro, el tatoo bajo el ombligo. Así es como la imagino. Me estoy mareando. Creo que necesito dar una vuelta al mundo, encontrar el camino correcto al cielo, toda esa... todas esas cosas en las que no creo. ¿A donde se ha ido el sol?. Caminar es algo que no puedo describir aunque sepa con bastante exactitud que el hecho de saber que camino ya es tremendamente complejo, pero caminar ayuda, lo sé desde que tengo diez años, desde que me escape por primera vez. Otra vez filosofar. Maldita sea.

Estoy en la acera del frente de algún lugar, la gente pasa sin mirar apenas, creo que le tienen miedo, pero yo me he quedado quieta junto a un poste incapaz de alzar la vista. La gente sólo murmura o me hace señas, y pienso en la gente, otra vez, esa estúpida gente. No sé como explicarlo, quiero ir y no quiero ir. Una parte de mí me ruega que me largue de ahí, y la otra, una fuerza poderosa en mi inconsciente me obliga dar el paso, a cruzar la acera.

-¡Hey! Sara. No pensarás entrar a... ¿ahí?
- No, creo que no - digo girando la cabeza. Romeo, el comprensivo, guapo y maravillosamente apuesto Romeo. Creo que estoy empezando a sudar, a enamorarme súbitamente.
- ¿En serio querías entrar? - Dice como si no pudiera dar crédito a sus ojos, luego alza la vista y de la misma súbita manera la baja. - La gente ahí, no sé, creo que... no están bien. Ya sabes.
- No. Me tengo que ir.

Llego a casa, las luces se han encendido solas y no puedo evitar llorar. Llorar por nada en realidad, llorar por el simplemente hecho de existir en la forma incorrecta. Mi vida es una realidad alternativa, eso lo sé desde el primer día. Mi vida está llena de un sufrimiento profundo o extra corpóreo, no lo sé definir con palabras, que no tiene razón alguna. A veces sólo lloro por la estupidez de la gente que me obliga a hacer cosas que no quiero, dios, me molesta todo, te lo digo por que si existes espero que hoy no hayas tenido algo más importante que hacer que escucharme. Empiezo a sentir náuseas, quiero vomitar. Me arrastro hacia el baño y cuando llego la bañera está a rebalsar de agua. Me sumerjo sin quitarme nada, quiero morir, ahogarme en mi propia sangre. Pero sé que no podré, rebusco la caja de medicamentos y encuentro mis drogas duras, me tomo una cajetilla entera, siento el cosquilleo general, pierdo sensibilidad, las luces me parecen de juguete, figuras borrosas, empiezo a soñar con T-950, conmigo B-580, empiezo a recordarla.... Luego tomo la navaja de la mesita y hago como que tajo mantequilla en mis brazos, y luego lo hago muy rápido, la sangre salpica, se derrama, dolor, tengo orgasmos, tengo todo, me ha dejado de doler la cabeza. Escucho la sirena de la ambulancia. El timbre, los pasos. Me he equivocado, dios, me he equivocado.

Otra vez estoy en la acerca del frente. La gente sigue pasando, aún me duelen los brazos. Me siento a esperar que se haga un poco más oscuro. La gente no ha dejado de mirarme, creo que sé el aspecto que tengo, pero por primera vez no me importa. El sol sigue sin aparecer en ningún horizonte. Ahora es cuando. Alzo la mirada, y veo que es aquello que nadie quiere leer: Pornos. Y cruzo la acera en dirección al Pornos, me acerco. La gente empieza a detenerse en el otro lado. Me doy vuelta y observo sus rostros. Asco. Llego a la entrada y automáticamente el teatro se abre, dudo un momento y finalmente entro.

Bienvenidos, bienvenidos, dice una voz, mientras tomo asiento. Estoy en un lugar que es lo más parecido a un anfiteatro y graderías. Bienvenidos una vez más, el teatro Pornos se complace en presentar a Alan N. Curtis, creador del mejor libro de todos los tiempos, Ensayo sobre Facebook. Nadie aplaude aunque tengo la sensación que mis manos se han juntado para hacer el gesto. Me percato que no estoy sola, pero nadie mira a nadie. Todos miramos hacia el centro del teatro. Hay un sonido de poleas. Un viejito aparece, un relojero, empuja una mesita con bastante esfuerzo, quizá tenga cien años, quizá sólo ochenta, pero aún así todos lo miran fascinados. Ahora todos miran a su asistenta. Sólo atino a decir que es bonita, perfecta, y empiezo a sudar, a enamorarme de repente. Todos la miran, lleva falda corta. Una música sale de alguna parte. Aún no sé si el viejito es Alan N. Curtis, pero ya no importa, todo miran a la asistenta. Sonríe, ojos grandes, es hermosa.

Lo que veo a continuación es como el viejito empieza a sacar pequeños instrumentos de la mesita. Luego los pone uno tras otro, y luego acomoda unos cuantos papeles con figuras que no alcanzo a distinguir bien. Un tipo más grande que cualquiera que haya visto en mi vida hace su aparición llevando en brazos una mesa, una gran mesa en el que fácilmente cabría alguien echado. Hace reverencias a cada uno, y luego se retira. Tengo la horrible sensación que la reverencia que iba dirigida hacia mí ha sido especialmente aterradora. Un tipo sin dientes. Otra vez hay un sonido de poleas. La asistenta sube en la mesa, y se tira de lado, dejando ver unas hermosas piernas y una silueta que no llego a describir completamente. Nadie habla. Empiezo a sentir que estoy en el lugar equivocado cuando el viejito le quita la blusa o lo que sea que haya estado puesta. Creo que alguien ha dicho algo, pero no presto atención. Súbitamente el relojero empieza a cortar el cuerpo de su asistenta, corta cerca del abdomen o eso creo, ahora justo por encima del manubrio esternal, dibuja figuras. Hace cosas, estoy sudando, quiero irme de aquí, pero hay algo que no esta bien. Algo no es real. Su asistente sigue sonriendo, sigue mirándonos como si nada hubiera pasado. Y no hay ¡sangre!, ni una gota, ni una maldita gota de sangre, y ella con los pechos totalmente rebanados no está sangrado, es más, esta feliz, sonríe. No lo creo. Pronto ella asume una expresión distinta, como si de repente hubiera caído en la cuenta de que ha sido rebanada, cortada, ultrajada. El viejito toma otra herramienta, algo demasiado grande para ser un martillo, y golpea la caja torácica sin miedo, y un sordo eco resuena en el teatro. Miro al resto de personas, es como si nadie se diera cuenta del horror. Ahora el viejito mira dentro de... su asistenta. Mete la mano por donde precisamente se alcanzaría el corazón, y lo alcanza. Y lo saca. Pero no está sangrando, no está latiendo en su mano, no está queriendo volver a su lugar. Es de acero, es un maldito corazón de acero. Con cuidado toma el destornillador estrella y lo apunta hacia el medio de ese corazón. Lo mueve delicadamente hasta que una pequeña batería empieza a salir desde una ranura. La muestra, ya no estoy conmocionada, siento admiración hacia lo que sea que haya sido eso que he visto. El viejito luego saca algo de su bolsillo, una batería, y la introduce en la ranura vacía. Gira el destornillador muchas veces. Y devuelve todo a su lugar. Su asistenta vuelve a sonreír, sigue siendo hermosa a pesar de los cortes, y me percato que no son muchos, que en realidad ha sido todo tan fino, que ha sido estupendamente realizado.

La asistenta se incorpora, la miramos, y ella nos devuelve uno a uno una sonrisa, y pronto se queda fija en mí, me sonríe, alza la mano, me invita a acercarme. No puedo hablar, se me ha ido la voz. Me llamo Meta, dice, bienvenidos a Ensayo sobre Facebook.

Ahora las luces se apagan.

Aplausos.



[Ahí va el de mitad de mes. Ha sido realmente difícil de terminar y seguro me he dejado algunas cosas. Son las dos de la mañana y ya necesito descansar. Espero lo disfruten, y espero también sus comentarios :). Ponerle título me ha llevado la nada despreciable cantidad de treinta minutos y aún pienso que pude haberlo hecho mejor, así que creo que recibiré menos que de costumbre. Para el video, una canción del BSO de The Time Travaler's Wife. No he visto la peli, pero sé por experiencia que el libro es estupendo. Uno de mis libros favoritos sin duda. En la foto, la prota de Sucker Punch. ]

9 comentarios:

  1. Es como apocalíptico.
    Tengo preguntas pero espero responderías conforme vayas escribiendo.
    Yo si vi la película y esta buena. Lastima que no leí el libro, lo buscare.

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  2. bellarte: Jamás me he arrepentido de haberme comprado ese libro. Una de mis mejores elecciones en mucho tiempo :).

    P.D: No suelo ser partidario de responder preguntas sobre los textos pero si alguna vez no termino aclarándo esas preguntas que tienes, creo que haré una excepción y las responderé. :D

    Miles de abrazos, y gracias por leer y comentar.

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  3. otro buen relato ciberpunk. años que no escuchaba ese termino. hablando de eso, leyendote varias veces se me ha venido a la mente el anime "serial experiments lain", uno de mis animes favoritos en donde la tecnologia ha avanzado tanto que no queda claro que es virtual y que es real. un abrazo, rafael.

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  4. ludobit: Pues he estado viendo la trama y de que va, y pfff, está prometedora. Voy a empezar a verla.

    Gracias por pasar, leer y comentar.

    Un saludo, ludobit.

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  5. Sabes ROJO en Runway dijiste que la chica no le gustaban los espejos que ya casi ni se veía en ellos, en lo personal a mi me dan miedo, pero no puedo dejar de ver mi reflejo y mi vanidad, uso lentes y no me los pongo por lo mismo, cada vez que me miro en el espejo pensando que no podría vivir si uno me acuerdo de lo que escribiste será que vivo en fantasía.... Gracias por leerme.

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  6. bellarte: Creo que Eli (en Runaway) hace eso porque odia ver reflejado algo que no quiere ser. Yo creo que es normal verse atraído por tu reflejo, es común diría yo, en realidad nadie se pone a pensar en lo que está viendo, sólo se ven. Pregúntarselo como lo hace Eli, como lo haces tú, es diferente, es el plus.

    P.D: Pues vivir en fantasía no es precisamente malo, de hecho, particularmente me parece estupendo. :D

    P.D 1: Tengo que admitir que me encanta que me llames ROJO, no sé, es perfecto. Gracias

    Abrazos.

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  7. Me encanta la curiosidad que provocas ROJO tus escritos me gustan, pero nisiquiera se mas de ti despues de eso. El comentario "Madre del amor hermoso" me dio risa.

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  8. Hola Adriana.

    Pues me he hecho todos los exámenes que me pidieron. El resultado es que tengo una, mmm, reducción del espacio intervertebral (L1-S1). En las personas sanas las vertebras se separan unas de otras por cierto espacio, en mi caso una de ellas esta muy cerca de la otra y al comprimir ese espacio, causa dolor por presión de nervios. La buena noticia es que no ha comprimido permanentemente ningún nervio, pero las posibilidades que eso ocurra en el futuro son muy altas.

    Pero sigo vivo, que es lo bueno. Y el dolor, bueno, ya ha calmado pero ahora me duelen los cuartos traseros por las inyecciones.

    Un saludo, Adri, gracias por la atención.

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